Versión en español mas abajo.
Once, someone wrote a number in a wall: 6.470.818.671.
That's the number of people living in the world, they also said that even with that huge number of people around you, sometimes you only need 1, but also, sometimes you want to have them all, put them in a box and kick them off the planet.
Many new people comming up to your life, a few old people running away, any new one is like the lost old ones, but at least they help you to keep the world moving, even when you just stop and turn back.
I don't want to go back to Spain, I feel fine living alone, having dinner at 3 in the morning, having breakfast at 4 in the afernoon, going to have a walk at midnight, buying books from boxes in the streets, going out for party at 2, drinking beer like if tomorrow won't exist, no explanations.
But I miss wake up at 7, look the tide schedule, go downstairs, cross the street and see the huge sea, waves breaking, road passing under the wheels, the sand.
That's why I'm going back to Asturias, just to remember that sometimes the world is not depending of the people, that is all about water, wind and sand.
( I will be back tanned, I promise!)
Una vez alguien escribió un número en una pared: 6.470.818.671.
Es el numero de gente que vive en este momento en el mundo, también decian que incluso con ese gigantesco número de gente a nuestro alrededor, a veces solo necesitas 1, pero también, a veces, quieres tenerlos a todos, meternos en una caja y mandarlos fuera del planeta.
Mucha gente nueva esta llegando a tu vida, unos cuantos viejos amigos se largan, ningún nuevo amigo es como los que has perdido, pero al menos te ayudan a mantener el mundo en movimiento, incluso cuando de repente te paras y te das la vuelta.
No quiero volver a España, llevo bien lo de vivir sola, cenar a las 3 de la mañana, desayuno a las 4 de la tarde, ir a dar paseos a media noche, comprar libros en cajas que ponen en las calles, salir de fiesta a las 2, beber cerveza como si no hubiera un mañana, ninguna explicación.
Pero echo de menos levantarme a las 7, mirar la tabla de mareas, bajar las escaleras, cruzar la calle y ver el gigantesco mar, las olas rompiendo, la carretera pasando bajo las ruedas, la arena.
Por eso vuelvo a Asturias, para recordar que de vez en cuando el mundo no se rige por las personas, si no por el agua, el viento, y la arena.
(Volveré morena, ¡lo prometo!)
Me quedo con ls estampados d la blusa, jajaj el fin de semana chungo surfear
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